XVIII

Tu echarpe rojo
destaca en la negrura de la noche
no hay duda
eres tú
la única
la inmarcesible
lejana
eterna.

Te espero
con la inesperanza
que da el conocimiento de tus quimeras
la inesperanza
creada por la experiencia
la inesperanza
de la seguridad
de la inutilidad
de la espera.

Y un día tu
vendrás
aparecerás
surgiendo imprevista
y
ese
día
yo
no estaré
me habré ido
eternamente
al
lejano lugar
de donde
no
se
regresa
jamás.

Entonces,
acabará mi espera
de
tu echarpe rojo

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