IV

Se alejó
tenue
misteriosa
inmisericorde
en silencio
y no regresó.

No regresó jamás
como no regresa
el tiempo endeble
como no regresa
el mar de ayer.

En soledad me dejó
y los dientes me crujen
en desesperación
y las venas frenan
el ronco fluir
y todo yo
como antigua pirámide
abandonada
contemplo el devenir
sin objeto
un principio
que espera su fin.

Se alejó
como la ilusión
como la esperanza
como el orgullo
como la identidad
y queda
perpetuo
el no ser.

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